viernes, 23 de enero de 2009

Límites

Creo que no podré asimilar ni una palabra más. Tengo las venas saturadas de fórmulas y teorías complejas.
Hoy no es un día en el que crea poder asumir nada más, y por eso cada palabra que me llega rebota y me deja unas marcas horribles en la piel. Como golpes y me pongo triste.
Me pongo triste porque han sabido enseñarme últimamente cosas que jamás creí reales. Han sabido mostrarme cuan superficial era mi vida hasta este momento (o al menos, como era de superficial lo que otros compartían conmigo)
Y siento que estoy paseando por el límite de un abismo y aun lado está lo que me daría la seguridad de tener mis pies en tierra y asentarme y al otro lado está el misterioso vacío.
Y no sé cual es el paso que me lleva a un lado o al otro. Realmente, tampoco me importa.
Ya no sé si quiero estar en la realidad o en la fantasía, por eso no sé si quiero hacer realidad según qué ideas en mi cabeza, pero si no llega pronto una buena paliza de la realidad, volveré a oír latir mi corazón, encima, sin motivo.
Qué queda por hacer ahora... aguantar en la línea de salida o fugarse. Esperar o incitarte. Atacar o dejarme. Quererte o matarte.

3 comentarios:

Isi G. dijo...

Es complejo... No sé qué es mejor decirte en estos casos... Tal vez te venga bien visitar la inmensidad desconocida, para variar. O para variar, quedarte donde estás, con los pies en la tierra ;)

Besotes^^

Tania Alegria dijo...

También aquí vengo a dejar mi aplauso por la ancha envergadura de tu prosa, amiga Nanah.

Con admiración y cariño, te abrazo.

Sphynx Red dijo...

Realmente te fias de quien te ha enseñado esas cosas? puede que no sea más que otra fantasía. No tienen por qué ser buenas siempre. Las alucinaciones esporádicas van en los dos sentidos.