jueves, 12 de noviembre de 2009

Dos meses de vida

Me habían dado dos meses de vida. Una espantosa enfermedad estaba comiéndome. Estaba dejando sus huellas por cada rincón de mi cuerpo.
Al principio todo fue una sorpresa, era un control rutinario y yo... yo... ni siquiera me sentía mal... ni siquiera supe como reaccionar ante ello.
Me quedé pálida. El doctor empezó a moverse muy despacio, casi parecía una broma macabra. Se deshacían sus rasgos, empecé a verlo todo completamente azul... me desperté dos horas después deseando que todo fuese una pesadilla, pero no, no lo era. Ya no quedaba esperanza para mí.
Llegué a mi casa sin saber ni siquiera si debía llorar y perder un día de esos 61 que me quedaban como máximo, no estaba segura de si valía la pena, tampoco sabía si debía sentir miedo ya que... para mí todavía era imposible plantearme si quiera la posibilidad de que fuera cierto.
Simplemente no podía ser.
Entonces conseguí dirigir mis pasos hacia el sofá y sentarme. Me senté con las piernas y los pies juntos, reposé las manos sobre las rodillas y la espalda en el mullido respaldo. Respiré profundamente unas cuantas veces y fijé la mirada en la televisión.
Ni una palabra.
La voz se me había ido con la esperanza.
Mi familia me miraba como intentando hablarme, pero... ni ellos sabían qué decirme. ¿Qué se supone que se le dice a un sentenciado? Ni el verde de la milla me traía un alivio.
De ahí en adelante sólo vi ojos vidriosos a mi alrededor, muecas lánguidas, rostros pálidos... ni una sola palabra... dos meses así era peor que saber que me moría.
Cuando tuve unos días para asumir definitivamente todo lo que había pasado decidí hacer una lista con cosas sencillas que quería hacer antes de que... bueno... de que se me acabara el plazo: probar el helado de menta, ir una vez más al parque de atracciones, nadar con delfines... y según iban surgiendo deseos en mi cabeza, decidí aprovecharme de aquellos que sentían lástima por mí. Total, para lo que me quedaba, utilizaría su pena como aliada.
Así conseguí cumplirlo todo. Los días fueron pasando como si cada uno fuese el cumpleaños de una niña rica. Y me gustaba.
Pero para cuando quise darme cuenta, estaba en la séptima semana de mi "permiso" y, aunque en teoría aun me quedaba tiempo, esa mañana me desperté de una forma diferente.
Me desperté con una sensación extraña en todo el cuerpo. Una especie de hormigueo, a caballo entre el malestar y las cosquillas. No sabría explicar por qué, pero me di cuenta de que aquel sería el último día en el que vería la luz del sol.

- Voy a morirme hoy, mamá, puedo sentirlo-
- No... digas.... tonterías, hija -

Pero en los ojos de mi madre se veía el pavor de la verdad. Me moría. Ella también podía verlo.

- Si te encuentras mal llamaré al doctor, igual un analgésico puede calmarte -
- Mamá... la muerte no tiene cura -

Mi madre se quedó perpleja. Empezaron a llorarle los ojos.
Un dolor punzante me atravesó el estómago y quedé apoyada en el suelo sobre las rodillas. Cogí mi teléfono móvil y busqué un número concreto.

Carlos.

- ¿Sí? -
- Hola Carlos -
- ¿Va todo bien? -
- Ehm... bueno... no muy bien, pero necesitaba hablar contigo -
- ¿No va bien? ¡¿Qué está pasando?! -
- No te alarmes ¿Vale? Simplemente te llamaba para decirte que... que te quiero, y que quiero agradecerte que hayas estado en mi vida, de verdad, me has hecho sentir especial tantas veces que... -
- Para, ¡Para! No se te ocurra despedirte de mí... no se te ocurra... voy a verte ahora mismo -
- No es necesario, no sé si voy a poder atenderte cuando vengas -
- Pero... -
- Escúchame, quiero que ahora mismo me digas todo lo que piensas de mí, todo lo que hayas querido decirme siempre, todo... todo lo que se te pase por la cabeza -
- ¿Por qué? -
- Te estoy dando una oportunidad que pocos tienen, la oportunidad de no dejarte nada en el tintero -
- ¿Es tan importante? -
- ¿Lo es para ti? -
- ¿Acaso importo yo ahora? -
- Sí... dentro de una hora yo ya no recordaré nada de lo que me dijiste, tú, sin embargo, lo recordarás el resto de tu vida -

2 comentarios:

Isi G. dijo...

Y que sepas que me has dejado chafada con el texto u.u"

Besotes nena!!!!!!

Carla dijo...

increible:)