jueves, 16 de octubre de 2008

Homicidio

La cordura escrita en mi cuerpo tiene una línea muy fina. Una redacción demasiado delicada.
El papel es delgado, de arroz, con un leve suspiro, puede llegar a romperse. Y estás mandando tormentas tropicales.
Piensa que el día menos pensado se abrirá esta caja de Pandora y con ella tus más escondidos secretos. Sigue forzando la máquina y cual rebelión ludita se creará el caos.
Me haces plantearme día a día el cómo hacerte daño. Yo, yo que pensé que siempre te querría.

Lo veo, veo todo lo que estás haciendo, esa farsa que intentas mantener, y que ni a base de barniz llegará a brillar nunca. ¿A quién crees que engañas? ¿A ella? ¿A ti? Que se lo pregunten a vuestros ojos cuando lloran, que se lo pregunten a vuestras bocas mientras gritáis.
Es muy fácil sonreir para una foto.
Son dos segundos.

Medita bien todo lo que estás haciendo... yo... yo no soy un corderito así lo parezca. Yo soy un pequeño saquito rosa lleno de rabia contenida, con una melena larga y rubia y unos preciosos ojos verdes.





A veces me pregunto... una y otra vez... ¿Un jurado me condenaría?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te puedo ayudar y que parezca todo un accidente ;)

Besotes xD

Anónimo dijo...

Qué mala es la rabia contenida, ¿eh?
Supongo que ésta es una forma de dejarla escapar: escribir.
Aún así, te insto a que hagas lo que creas oportuno en el momento en el que lo creas oportuno... nadie como nosotros para controlar nuestras propias vidas.