domingo, 15 de febrero de 2009

Carlita

Era una de esas reuniones familiares horribles en las que todos los padres y tíos del mundo se reúnen para contarse unos a otros lo buenos y magníficos padres que son y lo horribles que son sus hijos.
Allí estábamos mi prima Carlita y yo, aguantando el temporal y pensando que todo esto valía la pena por volvernos a ver después de no sé cuántos meses y por probar la comida de la abuela de nuevo.
Teníamos unas habitaciones enormes, preciosas y muy coloridas. La abuela vivía sola y preparaba estos encuentros con mucho cariño, sobretodo para los primos más pequeños, pero Carlita y yo salíamos bien paradas pese a ser las mayores (para la abuela nunca seríamos "mayores")
Los padres de Carlita estaban enfadados por vete tú a saber qué cosa que ella había hecho.
En mal momento lo hice.
Defendí a mi prima y entonces saltó mi madre contra mí. Un caos. Se formó un griterío tremendo entre unos y otros y mi abuela fue a refugiarse en la cocina con un suspiro.
Me fui a la habitación furibunda, no cabreadilla no, furibunda. Planeé escaparme, al menos un rato, para no ver a los mandamases familiares poniéndonos verdes creyendo, encima, tener razón.
Mi sorpresa fue cuando, al salir a escondidas de la casa, una mano se posó en mi hombro. Era Carlita. Decía que venía conmigo.
Así nos embarcamos en un tranquilo paseo por una ciudad ennegrecida por la contaminación, la lluvia y la noche.
Nos pusimos las capuchas del jersey negro que teníamos igual y le pasé el brazo por encima de los hombros con gesto maternal. Sólo le sacaba dos años pero... era mi pequeña Carlita. Ella me admiraba por encima de todas las cosas.
Llegamos al viejo cine y allí estaban algunos de mis conocidos del lugar.
Nos saludamos con sus correspondientes "¿Qué tal?", "¡Cuánto tiempo!" y nos contamos un poco la vida mientras estábamos en la fila.
Entonces les vi llegar.
Era un grupo de chavales, bastante dispares entre ellos y cada uno venía con una muleta. Una sola. Se acercaron y nos dijeron que daban diversión a cambio de uno o un par de euros.
Ese dinero se pagaba a modo de "alquiler" de la muleta y con ella hacían una pelea al más puro estilo espadachines, con el miembro de ellos que decidieran.
Carlita quiso participar, me miró con un gesto que delataba ansia de admiración por mi parte, pero le quité la muleta de la mano y dije que ni Carlita ni yo íbamos a participar, sólo nos faltaba tener que volver lisiadas, con la que ya nos iba a caer.
Decidió hacerlo Sara y su contrincante fue "Arantxa Calle Cálle". Una chica menuda con el pelo teñido de morado, sujeto en dos moñitos con unas pinzas rojas.
A partir de ahí se sucedieron peleas sin importancia, realmente parecía más esgrima que una pelea callejera muletas en mano (que era lo que yo pensaba), así que tras un rato bajo el frío y un calabobos de lo más molesto, Carlita y yo decidimos marcharnos.
Cuando nos íbamos, llegó un muchacho de unos veintitantos años que llevaba una bomber azul clara con los elásticos en azul marino, pelo rubio y gafas al aire. No fue tan bien recibido como los otros, pero le conduje a quien buscaba y después me marché.
Carlita y yo volvimos a casa sin decir nada, juntas, cogidas del brazo, sabiendo la que nos esperaba allí, pero había valido la pena poder salir de aquel alboroto por unas horas.
Después de unos cuantos gritos ininteligibles, amenazas y demás por parte de nuestros progenitores, nos fuimos a nuestras camas y vi de lejos a Carlita sacar un enorme calendario, tenía algunas fechas pintadas en rojo.
Me acerqué un poco sin que me viese.
Tenía marcada la fecha de hoy, desde ahí tenía marcada otra fecha en la que ponía "49 semanas", después otra "empiezan las clases" y unos cuantos meses después tenía otra en la que ponía "Madrid" y mi nombre entre paréntesis.
Abrazó ese mes en el calendario y se quedó dormida.

4 comentarios:

Isi G. dijo...

Me gusta cómo te ha quedado^^

Besotes

Anónimo dijo...

Saludoss , mmm interesante texto como tu blogs , ya me hize seguidor de el espero que tu del mío igual .

Lasarshe dijo...

"Abrazó ese mes en el calendario y se quedó dormida."

Y esa es la forma más dulce de quedarse dormida.
Precioso texto;)

Anónimo dijo...

saludoss , me gustaría saber tu correo por favor .