domingo, 29 de junio de 2008

Partir

Y supo abandonar el lecho dejando la cama embriagada de madrugadas.
Despuntaba el alba y se desdibujaba la pasión en las comisuras de sus labios.
Volvía a ser frío y mentiroso.
Se abrochaba los pantalones con tosquedad y reía a carcajadas internas, le temblaban los pulmones consumidos de pura soberbia.
En sus ojos aun destellaba el dolor de la soledad.
Del vacío.
Era un jinete perdido sin misión ninguna.
Era como esos buscafortunas sin tener donde caerse muerto.
Como esas lozanas buscavidas que se horrorizan cada vez que su nacimiento cumple años. Las arrugas, la vida que llega, las va matando.
Y yo tengo el corazón roto a sotavento.
Me estremezco entre unas sábanas caras y cuidadas y pienso que tal vez valgan más que yo.
Sé que no le echaré de menos.
Sé que es como todos ellos.
Y sé que probablemente merezca tanto que mereceré algo que no existe.
Mientras tanto le veo marchar con su espalda marchita, con su sonrisa ignorante, con su vacío en vida y lamento tanto que no se dé cuenta de todo lo que está dejando olvidado en mi cama... pronto será tarde.
La ilusión de las musas cambiará de nombre.
El calor de mis piernas cambiará de forma, de "forma de hacer".
El latir de mi pecho cambiará de escena, cambiará de rostro, de papel...

Aun así quiero que sepas que echaré de menos que otro sea tú, en vez de serlo tú.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito texto, Nanah... =)

Besotes, guapa!!!!!!!

iSiTa*

novarZ dijo...

No es facil ser casanova.


You give love a bad name..

Miguelo dijo...

muy bonito pero las cosas vienen y se van. siempre ha sido asi