Todo es cuestión de verlo.
Darte cuenta de que en el plato sólo eres la salsa, la guinda. Un mero complemento.
Que llenas una cama, una alcoba, no un hogar.
Que eres ese "algo" esa "amiga".
Realmente ni eres amiga ni eres nada.
Quizá un poco más de sal en la cocina, quizá un poco más de orégano en la pasta, quizá una sonrisa indecente, un poco de brillo, un poco de purpurina destellando en el escote... nada demasiado imprescindible.
Rechazarás la idea, al principio, claro. Luego ya... tienes dos opciones.
Puedes ser la más digna de las prostitutas o la más desdichada de las Doñas decentes.
Puedes aceptar ser un liguero a contraluz o un adios sin despedidas. Sin abrazos.
llega el invierno y sabes que hace frío
y se marchita a una pies y el alma
decidirás quien sigue y quien se calma
por ahorrarle al ser un desvarío
vivirás soledad en madrugada
emprenderás un viaje hacia el olvido
y cubrirás de llanto aquel camino
que hasta hace poco era cima alcanzada
Bien sabes que no oirás un te quiero
ni cuando alguna mano llame al timbre
ni cuando silbe un viejo zalamero
Desearás que el corazón fuera mimbre
por no pedir que cayese en acero
y así no ardiera al paso por la lumbre
Nadie admirará los versos que hoy escribo, porque nadie queda pendiente en mi cama, porque no hay otro aliento que el mío, porque no hay otro rostro que mi cara.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Bonito texto, tan emotivo...
Besotes, guapa!!!!!!!!!!
Publicar un comentario