lunes, 20 de octubre de 2008

Las tres armas, los tres dedos

Caí.
Como caen las hojas en otoño. Caí en la ilusión perdida, en el error de novata. La gente no cambia. Todos lo decían.
Y yo sigo pensando en ese amor de noches y copas, con regusto barato y mañanero. Y pienso que puede extenderse durante semanas y meses, dejándote preso de algún tipo de efecto secundario.
La vida sigue.
Son dos días, sí, pero muy largos. Y cuando vuelvas la vista a lo que fue quedándo atrás, verás que te has dejado premios irrecuperables.
El tiempo ha pasado, y todas las oportunidades que con él se fueron, no volverán.
Si los demás supieran lo que yo sé, verían tu rostro con ojos distintos.
No puedo decirte que lo siento, la verdad. No lo siento.
No puedo decirte que te echaré de menos, porque seguramente no sea así.
Rutina que muere es alma perdida, desorientada. Nada más.
Llorar por orgullo vistiéndolo de amor es casi casi un asesinato.
Conócete a ti mismo. No llores por ti, Narciso, gritando que es por ella.






...Amores son odios, luego, indiferencia...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Últimamente te veo demasiado decaida con los amores...

En fin, muñeca, a ver si tienes suerte y aunque sea como tú dices entre licores, conoces a algún chaval apañao y que dure el tema ;)

Besotes^^

Surcos dijo...

¡QUÉ DECAIDA TE VEO!
A ver si resbuscas y encuentras haces de luz, de sol ... que te alegren esa vida.
Sigue escribiendo wapa.
Un besote muy fuerte.