Jamás pensé ver la marca de la muerte en su piel.
En SU piel, jamás.
Todos ellos miraba y nadie sabía que pasaba tras esa coraza. Nadie. Supongo que es mejor así, nadie debe saber si el guerrero sufre del corazón o de la espalda.
Que no lo vean.
Su semblante ahora marcado y pálido se traduce en fuerza pese a todo.
En valentía.
Quizá siempre pensé que estaría allí, entero e íntegro, sobreviviendo a los castigos y los golpes. A la violencia, a los huracanes si fuese así.
Hoy ví que quizá también es humano... y sangra.
Y puede que lo sepa quien le cree mejor debido a ello.
Quien sabe.
Yo sólo sé que jamás lo hubiese pensado... de ÉL... JAMÁS
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Qué dos entradas más hermosas, impactantes y sinceras...
Besotes, y te doy un poquito de mi esperanza para ti. Espero que sirva de algo ;)
Publicar un comentario